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“Solo debes conservar cosas que te hagan feliz”, defiende Marie Kondo, experta en organización. Y no es la única. Los psicólogos están de acuerdo en que una casa sucia y desorganizada nos estresa y deprime. Además, tiene consecuencias para nuestra salud física, como dolores de cabeza, molestias gastrointestinales o cansancio. Unas rápidas tareas de mantenimiento de nuestro hogar nos pueden ayudar a ser más felices.

Llegamos tarde a casa por la noche cansados de estar todo el día trabajando y no podemos dejar de fijarnos en una pared manchada o una grieta en el suelo. Nos pone en tensión no tener tiempo para arreglarlo y no conseguimos alcanzar el ansiado relax. Cuando estamos cansados y deprimidos, abandonamos el cuidado del hogar y, en un círculo vicioso, esto nos deprime más.

Suelos como nuevos

Las patas y ruedas de los muebles, los zapatos de tacón o la caída de objetos pesados pueden rayar, agrietar o hacer saltar nuestros suelos de madera (tanto parquet como tarima) y laminados. Otro de los mayores enemigos de nuestros suelos es utilizar un producto inadecuado para su limpieza habitual. Bien porque es un multiusos no específico para madera o es demasiado agresivo. El resultado: pérdida de brillo e hidratación.

Al margen de la limpieza, si localizamos un pequeño desperfecto en el piso, podemos solucionarlo cubriendo el agujero o arañazo con cera sólida del color más parecido a la madera original, que calentaremos y extenderemos con una espátula pequeña. Este tipo de ceras no merman ni se deslucen con el tiempo o la luz. También se pueden aplicar en carpinterías y muebles tanto de madera como de melanina.

Cuando es toda la superficie la que presenta arañazos, aspecto quebradizo o un tono opaco, lo mejor es aplicar por toda la habitación Cera líquida para parquet Alex. Nutrirá nuestros suelos sin resbalones y, además, los protegerá de futuras manchas y deterioros. Es muy sencillo de aplicar. Solo hay que limpiar el parquet de polvo y suciedad antes de repartir el producto con una mopa siguiendo la dirección de las vetas.

Es conveniente extender bien la cera hasta crear una capa fina y uniforme. Dejaremos secar durante 30 minutos sin pisar ni colocar nada sobre la superficie tratada. De esta manera, obtendremos el máximo brillo y protección. Cuando hayan transcurrido 24 horas, se puede aplicar una segunda capa si lo consideramos necesario.

Igualmente, este producto se puede diluir en agua. Si mezclamos un litro de agua y el contenido de la botella de Alex, repartimos con mopa o fregona y dejamos secar 20 minutos, conseguiremos un brillo satinado y protección media. Mientras, para mantener el brillo, echaremos dos taponcitos de cera en medio cubo de agua y fregaremos con la fregona bien escurrida.

La cera no solo se utiliza para las superficies de madera. Aplicar periódicamente cera incolora nos ayuda a recuperar el brillo de nuestros pavimentos de gres. Si la terraza o balcón están enlosadas con baldosas de barro o la denominada baldosa catalana, porosa y de color rojizo, existen ceras específicas para este tipo de suelos castigados por la lluvia y el sol que les proporcionarán luz y mayor resistencia a las manchas. Un truco es dar también una capa de cera sobre la pintura de las barandillas de metal. El agua no dejará cercos ni manchas al resbalar sobre la superficie.

Mantenimiento de los rodapiés

Sin dejar de mirar hacia abajo, los rodapiés también sufren por el roce con los zapatos, los muebles, las aspiradoras y el uso en general, sobre todo los que están bajo los armarios o en el pasillo. Además, las humedades, una instalación incorrecta, los desniveles o simplemente el paso del tiempo crean oquedades entre el rodapié y la pared, como si el zócalo se despegara. No solemos fijarnos en ellas, pero se encuentran entre las pesadillas de un interiorista o un arquitecto porque dan una sensación de abandono y desidia a toda la casa.

Así, lo primero es tapar estos huecos con una masilla específica para madera, pues es el material de fabricación más habitual en rodapiés. Se comercializa en diversos colores para poder elegir el más adecuado para cada casa. Antes de aplicarlo, es conveniente masajear el envase y repartir el producto con ayuda de una espátula, incluso con el dedo si es complicado acceder al sitio exacto. Se retira el sobrante con un paño húmedo y se deja secar para que endurezca.

El paso del tiempo o una mala colocación crean la sensación de que el rodapié se despega de la pared

Si además el rodapié presenta daños, la solución más laboriosa es sustituir toda la lama. Existen piezas de madera DM muy económicas, aunque la mano de obra puede elevar el presupuesto bastante. Otra alternativa es pintarlo del mismo color que la pared. De esta forma, ampliaremos además la sensación visual del espacio. Solo tenemos que lijar suavemente, desengrasar con un limpiador y proteger la pared y el suelo con cinta de carrocero antes de dar una o dos manos de pintura.

Paredes de estreno

Una de las superficies de una casa que más sufre son, sin duda, las paredes. Podría decirse que maletas, manos, paquetes, puertas, mascotas y niños son sus depredadores naturales. Aunque con el tiempo es imprescindible, no es necesario pintarlas de nuevo cada año para que luzcan como nuevas.

Si hemos pintado las paredes con pintura acrílica, contamos con un aliado contra algunas manchas y rayas que no se vende en droguerías ni ferreterías: la goma de borrar. Para el resto de manchas, una esponja o bayeta mojada en agua jabonosa retirará toda la suciedad. Eso sí, hay que limpiar toda la pared para asegurarnos de que no dejamos cercos.

No obstante, es mejor no querer abarcar toda la pared con una sola pasada. Debemos limpiar la bayeta cada vez que hayamos retirado la suciedad de una pequeña zona para no manchar el resto.

Si la mancha es obcecada y se resiste a irse, aunque se pinte encima, existen productos específicos que tapan hasta las manchas de óxido y hollín. Eso sí, a veces es necesario dar una capa de pintura encima para igualar el color con el resto de la pared.

Nuestros cambios de opinión decorativos dejan como recuerdo antiestéticos agujeros en las paredes

Las casas más vividas no solo son testigos del paso del tiempo, también de los cambios de opinión. Colgamos y descolgamos cuadros, espejos, estanterías y elementos decorativos, dejando a veces como recordatorios unos antiestéticos agujeros. Por más que nos queramos autoconvencer, el taco donde se sujetaba el tornillo no los disimula, más bien los hace aún más visibles.

Lo primero es retirar el taco y, después, rellenar el hueco con masilla Aguaplast o similar. Eliminamos el excedente con una espátula, repetimos la operación cuando se seque, lijamos para igualar la superficie y listo. Si la pared no es blanca, tendremos que pintarla a continuación.

Un poco más complicado es acabar con esas grietas que han aparecido con el tiempo. También resultan muy frecuentes en edificios de nueva construcción, cuando el peso de sus habitantes y enseres han añadió al forjado más carga de la calculada. Si las grietas son profundas, es preciso rascar los bordes y rellenarlas con masilla. Si no, simplemente hace falta cubrirlas con una tira de fibra de vidrio autoadhesiva, dar una capa de yeso, lijar y pintar.

Como remate de estas sencillas tareas de rejuvenecimiento, basta con que tapemos los cables de fibra o teléfono con una canaleta autoadhesiva. Están disponibles en diferentes grosores y colores. Sin mucho esfuerzo, las paredes volverán a lucir perfectas.

Rejuvenece los azulejos

No hay nada, y repetimos, nada, que afee más los baños y cocinas de una casa que una juntas de los azulejos sucias o de color negro. Además, no olvidemos el peligro que supone que se pueda filtrar agua si no están en buen estado. Por ello, esta es una de las tareas de mantenimiento que merece la pena no olvidar.

Cuando los azulejos se colocan por primera vez, se aplica por encima un emplaste cuyo exceso se retira con llana y una esponja húmeda. Al secarse, se endurece, pero con el tiempo puede caerse o acumularse suciedad y moho en las juntas.

Para no tener que volver a aplicarlo por toda la pared o el suelo, podemos recurrir a diferentes tipos de tapajuntas. Algunos son tan sencillos de emplear como un limpiador de zapatos en esponja, mientras que otros se parecen más a una pasta. Con una espátula o el dedo, alisaremos el producto y, antes de que esté completamente seco, eliminaremos el exceso con un trapo mojado o una fregona. Siempre en diagonal a la junta, para no arrastrar el producto.

Es importante haber limpiado antes la superficie y retirado la masilla antigua suelta o sucia con la esquina de una espátula. En el pasado se solía utilizar un material de color blanco, en cambio, hoy en día se puede jugar con el contraste en otros colores: tonos oscuros si los azulejos son blancos y claros si son de colores vivos.

Con unos pocos productos, bastante económicos, y sin necesidad de disponer de mucho tiempo, podemos realizar nosotros mismos unas sencillas tareas de mantenimiento que conseguirán que la belleza de nuestra casa se mantenga mucho tiempo y sea el refugio relajante que necesitamos.

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