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Cuidar nuestro cuerpo por dentro está de moda. Llevar una vida sana basada en una buena alimentación y la práctica habitual de deporte, junto a otros hábitos saludables como dormir un mínimo de ocho horas diarias son los pilares fundamentales para tener un estado de salud bueno.

Sin embargo, todavía podemos hacer mucho más para mejorar nuestro bienestar. Se trata de acciones muy sencillas relacionadas con el cuidado de nuestro hogary que tienen el objetivo de mejorar nuestro entorno.

Estas acciones a menudo se identifican con el Feng Shui, una técnica ancestral de procedencia asiática que se utiliza mucho en decoración con el objetivo de encontrar una armonía general que nos transmita paz, relax, confort… a través de la distribución y orientación de los espacios.

A continuación te proponemos algunas ideas para, a través de tu hogar, encontrar ese equilibrio tan beneficioso para tu salud física y mental.

Descálzate al llegar a casa

«Se está mejor en casa que en ningún sitio», repetía Dorothy de ‘El Mago de Oz’, mientras juntaba sus talones tres veces, y la verdad es que sus certeras palabras resuenan con más fuerza tras una larga jornada laboral.

La sensación del frío de la calle, del estrés del trabajo o de las prisas por cumplir con los horarios se desvanece en cuanto pones un pie en tu hogar. Abres la puerta y, como por arte de magia, un halo de bienestar se apodera de tu ambiente. O al menos así debería ser. Ese es uno de los objetivos que debe cumplir la decoración de un hogar.

Y como esa armónica sensación siempre se puede mejorar, nos hemos fijado en las costumbres hogareñas que tienen otros países. Por ejemplo, y empezando por el recibidor, en los países asiáticos y también en los nórdicos es muy común dejar los zapatos en la entrada y cambiarlos por calcetines, mocasines o zapatillas de estar por casa para moverse por el resto de la vivienda.

En España esta costumbre no está muy arraigada, puesto que, en principio, suele ser algo más común de zonas con climas extremos. En el exterior llueve o nieva con facilidad y, lógicamente, es mejor dejar los zapatos a la entrada para evitar mojar o llenar de barro el suelo de la vivienda.

Así que, seguramente en este caso, el clima condiciona nuestros hábitos, pero ¿se te ha ocurrido pensar en la suciedad que recoge la suela de tus zapatos al pisar la calle?

En España esta costumbre no está muy arraigada, suele ser algo más común en zonas con climas extremos

Charles Gerba, profesor de microbiología de la Universidad de Arizona, sí lo hizo y decidió investigarlo. El resultado fue la publicación de un un estudio en el que se demuestra que, en un solo día, a través del calzado introducimos en casa más toxinas y bacterias que las que acumula el inodoro. Da que pensar, ¿verdad?

En definitiva, adoptar nuevos hábitos que ayuden a que el suelo de una vivienda permanezca limpio durante más tiempo siempre es una buena idea. Puedes empezar por descalzarte en el recibidor y también puedes aplicar productos específicos al suelo para que se mantenga como el primer día y esté lo más protegido posible de arañazos, humedad y manchas. Por ejemplo, si tu suelo es de parquet o tarima flotante, un producto muy sencillo de aplicar es la Cera líquida para parquet Alex, que devolverá a la madera el brillo y prestancia del primer día.

Un rayo de sol… oh oh!

Si tu vivienda cuenta con mucha luz natural, tienes un tesoro, ya que con ella de tu lado será sencillo generar espacios confortables. La luz solar aporta luminosidad y calidez a un hogar de manera natural y bien aprovechada te ayudará a reducir el consumo de luz artificial, lo cual será muy beneficioso para el medio ambiente y para tu economía familiar.

Pero todo Yin tiene su Yang, y es que, del mismo modo que la luz natural dota de energía, positivismo y buenas vibraciones a un hogar, la exposición directa de los rayos de sol en los muebles de madera y el suelo puede hacer que estos cambien de color y se estropeen si no tomas medidas.

Persona precavida, vale por dos, eso está claro. Sin embargo, la realidad es que no siempre puedes estar ojo avizor con todo, así que, si el daño ya está hecho, no, Houston, no tenemos ningún problema, lo que tenemos es la solución.

Se trata de la cera para suelos de madera Alex, un producto específico para el tema que estamos tratando y que, además, es de muy fácil aplicación.

Bastará con verter el producto directamente sobre la superficie dañada y repartirlo con una mopa o fregona limpia en la dirección de las vetas hasta conseguir una capa fina y uniforme. Luego hay que dejarlo actuar y secar durante 30 minutos. Si el piso está muy estropeado, aplicaremos una segunda capa 24 horas después.

Una vez solventado el problema y, ahora sí, a modo preventivo, para mantener su brillo es conveniente añadir de forma periódica dos taponcitos de Cera Alex en medio cubo de agua y fregar el suelo con la fregona bien escurrida. Y cada cierto tiempo, por ejemplo, en las limpiezas más a fondo de tu hogar, diluye una botella entera en un litro de agua, extiéndela por el suelo y déjala secar 20 minutos sin pisar.

Es importante estudiar los puntos de luz que entran por las ventanas y la puerta en distintas horas del día y evitar situar los muebles en esas zonas

Ahora, siguiendo con los métodos de prevención, ¿qué otras cosas puedes hacer para evitar que el sol se cuele en casa más de la cuenta?

Puedes proteger tus muebles y suelo de muchas maneras. La primera y principal si el espacio lo permite es colocar los muebles de madera de manera que la luz que les dé sea siempre indirecta. Para esto, es importante estudiar los puntos de luz que entran por las ventanas y la puerta en distintas horas del día y evitar situar mobiliario en esas zonas.

Si la primera solución no es posible por falta de espacio, puedes valorar la opción de rotar los muebles cada cierto tiempo. De esta manera, el desgaste del color por los rayos de sol será uniforme en todos los muebles y no se apreciará a nivel general.

Además, el uso de persianas, estores o cortinas en ventanas también es muy útil en estos casos porque permite regular la cantidad de luz o minimizar su impacto directo. Asimismo, para proteger las telas, también cabe la posibilidad de aplicar películas para filtrar la luz ultravioleta en las ventanas.

Y, para terminar, otra de las soluciones estrella para proteger la vivienda de los rayos directos de sol es la de utilizar toldos o telas de exterior especialmente preparados para resistir tanto la luz solar como la lluvia.

¿Hacer o no hacer la cama? Esa es la cuestión

Parece lógico pensar que, si estamos hablando del arte del Feng Shui y de conseguir crear un ambiente relajado y armónico en nuestro hogar, la pregunta que encabeza esta sección sea puramente retórica. En teoría, una casa ordenada es una casa equilibrada.

Pero la práctica, o mejor dicho, Stephen Pretlove a través de este estudio de la Universidad de Kingston, tiene la intención de hacer que, al menos, te replantees el hábito de hacer la cama a diario. Y es que, según el investigador, el mejor modo de acabar con la mayor parte de ácaros del polvo de tu cama es dejándola sin hacer.

Su explicación es sencilla: los ácaros sobreviven en ambientes cálidos y de alta humedad, y estos se generan mientras duermes sobre tus sábanas. Según Pretlove, lo mejor que puedes hacer, por tanto, es airear la cama durante todo el día, siempre y cuando no reposes sobre ella. De esta manera, no podrán sobrevivir.

Los ácaros sobreviven en ambientes cálidos y de alta humedad, y estos se generan mientras duermes sobre tus sábanas

¿Significa esto que para acabar con los ácaros de tus sábanas deberías abandonar el hábito diario de hacer la cama?

Que no cunda el pánico, no es necesario llegar a ese extremo. La lógica nos dice que abrir las ventanas a primera hora de la mañana durante diez minutos es otro hábito saludable que deberías introducir en tu rutina. Si lo haces, además renovarás el aire de la habitación y regularás su temperatura. De esta forma, gran parte de los ácaros perecerán.

Debido a nuestras responsabilidades diarias, la mayoría abriremos las ventanas a primera hora, mientras desayunamos, nos aseamos y nos vestimos. Pero si puedes elegir el momento del día, en invierno es recomendable hacerlo a mediodía o en el momento en el que el sol entre con más fuerza. En verano, es más habitual ventilar las habitaciones por la noche para refrescarlas.

Para rematar la faena, el uso de los nórdicos, que facilitan el proceso de dejar la cama hecha en un tiempo récord, te ayudará a cumplir con esta costumbre. Gracias a ellos, tendrás tiempo de dejar la cama sin hacer durante un rato para que se airee y respire, y en un visto y no visto dejarla hecha.

En busca de ambientes cálidos y confortables

Por desgracia, los ácaros, moho y otras bacterias de tu hogar no solo pueden vivir en tus sábanas. También permanecerán en cualquier lugar de tu vivienda en el que puedan alimentarse de restos de comida y grasa corporal. Eso sí, tienen predilección por los textiles, pero también son capaces de sobrevivir en el suelo.

Para evitarlos, además de llevar una correcta limpieza, lo mejor es mantener un nivel óptimo de temperatura y humedad en el interior de casa.

La temperatura ideal para una persona en el interior de la vivienda varía entre los 21°C y los 23°C

Airear las habitaciones, como comentábamos, es indispensable, pero cuando las temperaturas en el exterior se extreman y empezamos a hacer uso de aparatos de aire acondicionado y/o de calefacción, mantener la temperatura correcta de los espacios que habitamos se convierte en un reto.

Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, IDAE, la temperatura ideal para una persona en el interior de la vivienda varía entre los 21°C y los 23°C, y la humedad debe estar en torno al 40% y el 50%.

¿Qué puedes hacer para mantener a raya estos niveles y al mismo tiempo conseguir que tu hogar sea cálido y confortable? Por supuesto, los higrómetros, termómetros, humidificadores y otros elementos te pueden ayudar a mantener esos niveles, pero también opta por utilizar materiales naturales en la decoración.

Suelos de parquet, muebles de madera, mantas de lana, alfombras de fibras vegetales… todos los materiales naturales ayudan a termorregular la temperatura y funcionan como excelentes aislantes térmicos, de manera que contribuirán a crear ambientes más cálidos en invierno y estancias más frescas en verano.

Verde que te quiero verde

La naturaleza es desconexión. Respirar aire puro, escuchar los relajantes sonidos de la flora y fauna, descubrir la armonía que se crea cuando el viento abraza las hojas de árboles… son placeres que solo puedes disfrutar con una escapada rural o una excursión a la montaña.

Pero el día a día te impide visitarla todo lo que te gustaría, así que, si la montaña no viene a ti, te queda la opción de convertir tu vivienda en una exótica jungla.

La cantidad de plantas de interior que quieras introducir dependerá de tu gusto, hay quien las adora y las usa hasta el extremo, mientras que otras personas prefieren utilizar pequeñas dosis en determinados puntos concretos.

Gustos estéticos a un lado, lo que sí es cierto es que las plantas son muy beneficiosas para la salud. En primer lugar, porque su presencia a nivel decorativo ayuda a crear ambientes relajados y, en segundo lugar, porque también ayudan a reducir el polvo al rebajar la sequedad del ambiente.

Así que, en conclusión, sí, las plantas también contribuyen a regular en mayor o menor medida la humedad y, además, depuran el aire oxigenando el ambiente. Muchas de ellas, como el crisantemo, la hiedra, el aloe vera o la sansevieria, además eliminan gases tóxicos. Lo único que tienes que tener en cuenta a la hora de elegir tus plantas de interior es la necesidad de luz y riego que presentan.

La ciencia, los estudios de investigación, la lógica, el Feng Shui, los países nórdicos y los elementos naturales han hablado. Ahora todo depende de ti. ¿Te apuntas a mejorar tu bienestar general?

Imágenes| Toa Heftiba de Unsplash, Thimoty Buck de Unsplash